Ante tan hábil maniobra, y teniendo en cuenta las acciones que había protagonizado desde el comienzo de las hostilidades, el gobierno aprobó el ascenso inmediato de De Gaulle a Teniente General. Afortunadamente, lo hicieron antes de que tanto De Gaulle como Lattre de Lassigny ordenaran la retirada inmediata de las tropas estacionadas en Essen y Münster para evitar que todo el ejército alemán se les echara encima y los aplastara; hubiera quedado bastante mal ascender al que acababa de abandonar al enemigo el campo de batalla de la victoria.
Se pudo comprobar que habían hecho lo correcto: el día 11 comenzaron bombardeos masivos sobre Colonia; la ilusoria supremacía aérea francesa de las últimas semanas había desaparecido (sin duda la Luftwaffe había estado entretenida en Polonia y ya estaba de vuelta) y los alemanes pudieron bombardear a placer, preparando el terreno para la gran ofensiva. Sin embargo, las tropas francesas contaban con buen equipamiento antiaéreo, y resistieron razonablemente bien los envites de la Luftwaffe a pesar de la completa desaparición del Armée du Air de los cielos.
Cuando los alemanes comprendieron que no podrían tomar Renania sin perder ciento cincuenta o doscientos mil hombres en el intento, decidieron que no merecía la pena; acordaron mucho más conveniente declarar la guerra a Luxemburgo, Holanda y Bélgica, embolsar a las tropas francesas que defendían Renania y esperar a que se les acabaran los suministros, destruyéndolas entonces.
A pesar de las magníficas fortificaciones que los belgas habían construido en todo su territorio a lo largo de los tres últimos años, el ejército belga no estaba en posición de aguantar un asalto masivo alemán, y los holandeses ni siquiera tenían fortificaciones para defenderse. A la vista de la situación, cuando los alemanes tomaron sin esfuerzo Luxemburgo en día 4 de Marzo, el alto mando ordenó a las tropas que bajo el mando de Lattre de Lassigny defendían Colonia, que se retiraran y se distribuyeran por el territorio Belga y la provincia holandesa de Eindhoven (rodeada por ríos, y por eso fácilmente defendible). Antes de eso, De Gaulle aún había tenido tiempo de hacer una de las suyas, derrotando a tres divisiones alemanas que defendían Wilhemshafen el 23 de Febrero; desgraciadamente, ante la imposibilidad de aprovisionar a sus tropas de combustible, hubo de retirarse hacia Gröningen.
Con ese movimiento, De Gaulle había cometido su primer gran error: había subestimado la capacidad de movimiento de la Wehrmacht, que logró tomar Amsterdam el día 9 de Abril. El gobierno holandés huyó a las colonias, y las tropas francesas en territorio holandés se encontraron en una situación como mínimo apurada: las tropas de Weygand, que defendían Eindhoven, dejaron de recibir suministros de los holandeses, de modo que tuvieron que retirarse a Bélgica; pero aún peor habían quedado las divisones ligeras de De Gaulle, que estaban totalmente embolsadas. Afortunadamente, la armada pudo enviar a una flota de transportes que, escoltados por la primera flota del Almirante Darlan, logró evacuar a las tropas francesas antes de que los alemanes pudieran atacarlas... llegaron al puerto de Lille a mediados de Abril.
La debacle holandesa
El día 24 de Abril, al no poder recibir suministros, las tropas holandesas que habían quedado en Eindhoven (doce divisiones en bastante malas condiciones) se retiraron a Bélgica y se pusieron a las órdenes de su gobierno. Holanda había caído.
Se pudo comprobar que habían hecho lo correcto: el día 11 comenzaron bombardeos masivos sobre Colonia; la ilusoria supremacía aérea francesa de las últimas semanas había desaparecido (sin duda la Luftwaffe había estado entretenida en Polonia y ya estaba de vuelta) y los alemanes pudieron bombardear a placer, preparando el terreno para la gran ofensiva. Sin embargo, las tropas francesas contaban con buen equipamiento antiaéreo, y resistieron razonablemente bien los envites de la Luftwaffe a pesar de la completa desaparición del Armée du Air de los cielos.
Cuando los alemanes comprendieron que no podrían tomar Renania sin perder ciento cincuenta o doscientos mil hombres en el intento, decidieron que no merecía la pena; acordaron mucho más conveniente declarar la guerra a Luxemburgo, Holanda y Bélgica, embolsar a las tropas francesas que defendían Renania y esperar a que se les acabaran los suministros, destruyéndolas entonces.
A pesar de las magníficas fortificaciones que los belgas habían construido en todo su territorio a lo largo de los tres últimos años, el ejército belga no estaba en posición de aguantar un asalto masivo alemán, y los holandeses ni siquiera tenían fortificaciones para defenderse. A la vista de la situación, cuando los alemanes tomaron sin esfuerzo Luxemburgo en día 4 de Marzo, el alto mando ordenó a las tropas que bajo el mando de Lattre de Lassigny defendían Colonia, que se retiraran y se distribuyeran por el territorio Belga y la provincia holandesa de Eindhoven (rodeada por ríos, y por eso fácilmente defendible). Antes de eso, De Gaulle aún había tenido tiempo de hacer una de las suyas, derrotando a tres divisiones alemanas que defendían Wilhemshafen el 23 de Febrero; desgraciadamente, ante la imposibilidad de aprovisionar a sus tropas de combustible, hubo de retirarse hacia Gröningen.
Con ese movimiento, De Gaulle había cometido su primer gran error: había subestimado la capacidad de movimiento de la Wehrmacht, que logró tomar Amsterdam el día 9 de Abril. El gobierno holandés huyó a las colonias, y las tropas francesas en territorio holandés se encontraron en una situación como mínimo apurada: las tropas de Weygand, que defendían Eindhoven, dejaron de recibir suministros de los holandeses, de modo que tuvieron que retirarse a Bélgica; pero aún peor habían quedado las divisones ligeras de De Gaulle, que estaban totalmente embolsadas. Afortunadamente, la armada pudo enviar a una flota de transportes que, escoltados por la primera flota del Almirante Darlan, logró evacuar a las tropas francesas antes de que los alemanes pudieran atacarlas... llegaron al puerto de Lille a mediados de Abril.
La debacle holandesa
El día 24 de Abril, al no poder recibir suministros, las tropas holandesas que habían quedado en Eindhoven (doce divisiones en bastante malas condiciones) se retiraron a Bélgica y se pusieron a las órdenes de su gobierno. Holanda había caído.
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