SALA DE PRENSA DEL PALACIO PRESIDENCIAL
La sala se encontraba a rebosar de periodistas venidos de todos los rincones del planeta. En ese momento Saladino estaba a punto de concluir un largo y triunfante discurso sobre la inminente llegada de la nave interestelar a la órbita de un planeta recién descubierto en Alpha Centauri.
-…nunca se podrÃa haber llevado a cabo sin mi supervisión constante. Aunque mis sufrimientos personales no son nada ante la inmensa gloria que el pueblo árabe tendrá a partir de ahora.
La mayorÃa de los presentes se levantaron aplaudiendo entre vÃtores las palabras del Presidente. Después de cuatro minutos de ovación llegó el turno de preguntas. El último en formular la suya fue un joven periodista de un medio local, que se habÃa colado con una falsa acreditación.
-Señor Presidente, ¿cuál es su opinión acerca de la sentencia del Tribunal Internacional de los Deberes Humanos…-un murmullo de sorpresa se extendió por la sala- …en la que usted es declarado culpable de…-dos hombres se acercaron por detrás al periodista-…genocidio?
-¡Usted no puede estar aquÃ! -gritó el jefe de prensa- ¡llévenselo!
-¡Alto! -ordenó Saladino a los dos agentes- Señoras y señores, aquà tenemos un claro ejemplo de cómo los enemigos extranjeros intentan minar nuestra democracia. Chico ¿de verdad crees qué hoy toca hablar de ese tema? ¿Hoy, qué hemos llegado literalmente a las estrellas? DeberÃas mostrar más respeto al gobierno elegido libremente por el pueblo…
De repente se abrieron las puertas de la sala y entraron varios hombres precipitadamente. Se acercaron al atril y uno de ellos sacó un sobre del bolsillo y preguntó:
-¿El señor Saladino?
-¿Por qué osas interrumpir mi rueda…
-Traigo una orden de detención contra usted…
-Ja ja ja, ¿y con qué autoridad?
-El Tribunal de los Debe…
-¡¡¡Y una mierda!!! ¡¡ese juicio fue una pantomima!! Solo fueron daños colaterales admisibles ¡No hubo ninguna masacre! Por Dios, si hasta el Tribunal Supremo dictaminó que no habÃa indicios de delito…
-Ya, ya, por cierto, los miembros del Tribunal Supremo también han sido detenidos por…
-¡¡Es imposible!! ¡¡Esto es un golpe de Estado!! Tengo que hablar con el General…
-No se moleste, le aseguro que el ejército no moverá un dedo por usted.
-No tiene potestad para hacer esto, la Constitución dice…
-La Constitución tampoco le salvará esta vez, señor Saladino. De hecho mañana mismo empezaran las negociaciones para cambiarla de arriba abajo y evitar que fascinerosos como usted puedan ostentar todo el poder. ¡¡La soberanÃa debe residir en el Pueblo!!
-Eso ya lo veremos…
-Pues sÃ, ya lo veremos. Pero lo que está claro es que usted y sus amiguetes corruptos lo verán desde la cárcel. Cabo Suelto, espóselo!
-Será un placer…
Y aquà es donde Saladino empezó a chillar.
PD.-TodavÃa queda un turno
La sala se encontraba a rebosar de periodistas venidos de todos los rincones del planeta. En ese momento Saladino estaba a punto de concluir un largo y triunfante discurso sobre la inminente llegada de la nave interestelar a la órbita de un planeta recién descubierto en Alpha Centauri.
-…nunca se podrÃa haber llevado a cabo sin mi supervisión constante. Aunque mis sufrimientos personales no son nada ante la inmensa gloria que el pueblo árabe tendrá a partir de ahora.
La mayorÃa de los presentes se levantaron aplaudiendo entre vÃtores las palabras del Presidente. Después de cuatro minutos de ovación llegó el turno de preguntas. El último en formular la suya fue un joven periodista de un medio local, que se habÃa colado con una falsa acreditación.
-Señor Presidente, ¿cuál es su opinión acerca de la sentencia del Tribunal Internacional de los Deberes Humanos…-un murmullo de sorpresa se extendió por la sala- …en la que usted es declarado culpable de…-dos hombres se acercaron por detrás al periodista-…genocidio?
-¡Usted no puede estar aquÃ! -gritó el jefe de prensa- ¡llévenselo!
-¡Alto! -ordenó Saladino a los dos agentes- Señoras y señores, aquà tenemos un claro ejemplo de cómo los enemigos extranjeros intentan minar nuestra democracia. Chico ¿de verdad crees qué hoy toca hablar de ese tema? ¿Hoy, qué hemos llegado literalmente a las estrellas? DeberÃas mostrar más respeto al gobierno elegido libremente por el pueblo…
De repente se abrieron las puertas de la sala y entraron varios hombres precipitadamente. Se acercaron al atril y uno de ellos sacó un sobre del bolsillo y preguntó:
-¿El señor Saladino?
-¿Por qué osas interrumpir mi rueda…
-Traigo una orden de detención contra usted…
-Ja ja ja, ¿y con qué autoridad?
-El Tribunal de los Debe…
-¡¡¡Y una mierda!!! ¡¡ese juicio fue una pantomima!! Solo fueron daños colaterales admisibles ¡No hubo ninguna masacre! Por Dios, si hasta el Tribunal Supremo dictaminó que no habÃa indicios de delito…
-Ya, ya, por cierto, los miembros del Tribunal Supremo también han sido detenidos por…
-¡¡Es imposible!! ¡¡Esto es un golpe de Estado!! Tengo que hablar con el General…
-No se moleste, le aseguro que el ejército no moverá un dedo por usted.
-No tiene potestad para hacer esto, la Constitución dice…
-La Constitución tampoco le salvará esta vez, señor Saladino. De hecho mañana mismo empezaran las negociaciones para cambiarla de arriba abajo y evitar que fascinerosos como usted puedan ostentar todo el poder. ¡¡La soberanÃa debe residir en el Pueblo!!
-Eso ya lo veremos…
-Pues sÃ, ya lo veremos. Pero lo que está claro es que usted y sus amiguetes corruptos lo verán desde la cárcel. Cabo Suelto, espóselo!
-Será un placer…
Y aquà es donde Saladino empezó a chillar.
PD.-TodavÃa queda un turno
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