Ave, senadores.
Hoy traigo conmigo noticias de caos y desolación. Habiendo perdido la confianza del senado, el populacho ha invadido las calles, asaltado los comercios y destruido templos y edificios públicos de toda clase en las principales ciudades de nuestro floreciente imperio. Me he visto obligado a declarar la ley marcial, enviando a nuestros heróicos jinetes a sofocar las revueltas; no ha sido fácil para ellos luchar contra su propio pueblo tras haber derrotado heroicamente a los salvajes aztecas, pero me enorgullece decir que han cumplido con su deber de soldados.
Finalmente, en el año 420, hemos conseguido sofocar los últimos rescoldos de la rebelión y restaurar el orden. No podÃamos permitir que la falta de confianza en nuestras instituciones volviera a provocar unos hechos como los acaecidos, asà que con inmenso dolor, abrumado por el peso de la responsabilidad, he debido asumir la pesada carga de dirigir nuestra nación como una institución nueva. Estoy seguro de que cuando yo me haya ido, nuestro paÃs estará de nuevo en la senda de la prosperidad, y mis sucesores lograrán que nuestro reino sea el más grande y poderoso del orbe conocido.
Jasev I, Basileus Byzantinorum.
Hoy traigo conmigo noticias de caos y desolación. Habiendo perdido la confianza del senado, el populacho ha invadido las calles, asaltado los comercios y destruido templos y edificios públicos de toda clase en las principales ciudades de nuestro floreciente imperio. Me he visto obligado a declarar la ley marcial, enviando a nuestros heróicos jinetes a sofocar las revueltas; no ha sido fácil para ellos luchar contra su propio pueblo tras haber derrotado heroicamente a los salvajes aztecas, pero me enorgullece decir que han cumplido con su deber de soldados.
Finalmente, en el año 420, hemos conseguido sofocar los últimos rescoldos de la rebelión y restaurar el orden. No podÃamos permitir que la falta de confianza en nuestras instituciones volviera a provocar unos hechos como los acaecidos, asà que con inmenso dolor, abrumado por el peso de la responsabilidad, he debido asumir la pesada carga de dirigir nuestra nación como una institución nueva. Estoy seguro de que cuando yo me haya ido, nuestro paÃs estará de nuevo en la senda de la prosperidad, y mis sucesores lograrán que nuestro reino sea el más grande y poderoso del orbe conocido.
Jasev I, Basileus Byzantinorum.
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