Pbem Bovedas de Acero

[toWERS]

Orden de entrada: Zside-HBHR-Vincendi-Dami

[Vincendi]

Listo por aquí.
Dami te toca entrar!

[Dami]

Adelante!

[Zside]

Después de Dami voy yo pero no tengo el turno. He entrado y se supone que falta de entrar Qin

[Dami]

Después de Dami voy yo pero no tengo el turno. He entrado y se supone que falta de entrar Qin

Tal vez en el save cargado ya has jugado turno

A alguien le ha llegado la notificación para pasar turno?

[toWERS]

Partida relanzada con éxito

La partida se carga en el turno de quien la había guardado, en este caso yo. Ya he jugado el turno, ahora le toca a Dami. Después va Zside ya en el turno 60.

[toWERS]

RESULTADOS DE LA SEGUNDA MANGA (ÉPOCA CLÁSICA)



Puesto Nick______ Puntos época_____ Score______ Edad


1. Hammurabi ____________59____________249 ___________ Oro

2. Ciro __________________58 ___________290 ___________ Oro

3. Matías Corvino _________51____________241 ___________ Oro

4. Amanitore_____________40 ____________168____________ Heroica

5. Qin Shi Huangdi________33 ____________99 _____________Heroica

6. John Curtin ____________32 ____________180___________ Heroica




Enhorabuena a HBHR por su victoria de manga!

[Vincendi]

Hey, que yo estoy en Heroica. Tampoco miren tan mal a mi pobre civilización.
Felicidades al podio, es sorprendente la diferencia de puntos que pueden lograr algunos.

[toWERS]

Ok editado. Con las civs que aún no he contactado solo puedo ponerlo por deducción, está bien que me aviséis si hay algo incorrecto.

[Dami]

Felicitaciones HBHR!!

Por cierto, no tienes un apodo más amigable de pronunciar?

[HBHR]

Felicitaciones HBHR!!

Por cierto, no tienes un apodo más amigable de pronunciar?

Muchas gracias. Lo de los puntos de épocas viene siendo algo casi accidental en la mayoría de las partidas.
PD: HBHR fue lo más sencillo que se me ocurrió

[toWERS]

Matías podría haber entrado sin problema por entre los escombros de la muralla derruida pero esperó pacientemente frente al pórtico ennegrecido por el fuego de la noche anterior. Los restos de la cruenta batalla que allí se había librado todavía eran claramente visibles: sangre por las paredes, flechas clavadas en los parapetos, armas rotas tendidas en el suelo. Pero los estandartes húngaros ondeaban en lo alto. Cuando finalmente se abrieron las puertas sonó una fanfarria de trompetas y Matías entró a la ciudad a lomos de su majestuoso caballo, flanqueado por sus generales y caballeros más destacados, a la cabeza del desfile de la victoria.

Los numerosos chinos presentes a lo largo de la amplia avenida aclamaron a su nueva autoridad, algunos se arrodillaron a su paso con las frentes tocando el suelo mientras que otros lanzaban flores en su camino. Había una gran expectación pues sabían que se trataba de un dirigente mucho más noble y justo que el anterior. Matías iba saludando a todos los lados, sorprendido ante el cálido recibimiento. Así que estos eran sus nuevos súbditos: bravos guerreros pero respetuosos con el poder. Causaron buena impresión en Matías. "Tal vez debería importar el culto al emperador a mis dominios en Hungría" pensó. "Aunque posiblemente entraría en contradicciones con la Iglesia. Hmm tendré que consultarlo con mis obispos".

Hasta ahora China había sido oficialmente atea y no había ninguna iglesia en la capital, por lo que la ceremonia de coronación imperial se llevó a cabo en la inmensa sala del trono del antiguo palacio del Supremo. Matías observó la opulencia de la sala. Había ocho enormes estatuas de Qin con mirada severa hechas de jade. "Menudo ególatra el Supremo este" pensó divertido. Sentado en el trono tuvo una extraña sensación, como si las estatuas le estuvieran mirando. Entonces sonó otra fanfarria de trompetas y entró el obispo con la corona imperial en las manos. Era su buen amigo el Obispo de Pest, quien le había acompañado durante toda la campaña y ahora tendría el honor de coronarle. A los chinos presentes en la sala les sorprendió ver al obispo ataviado con sus ropas litúrgicas y una pesada maza de combate al cinto. Los miembros del clero tenían prohibido derramar sangre y por ello solo utilizaban armas contundentes en combate.

Tras la coronación, Matías recorrió el palacio imperial junto a su séquito. El mayordomo de palacio, Sr. Lee, les guiaba por las numerosas estancias del enorme palacio. Finalmente llegaron ante una gran puerta doble de madera. "Aposentos emperador" dijo Lee. Matías abrió las puertas y un olor rancio salió afuera. La habitación tenía las ventanas tapiadas y estaba a oscuras. Pudo distinguir que estaba llena de velas y ordenó que las encendieran. Entonces descubrieron que el cadáver momificado del Supremo seguía en la cama, el mismo lugar en que muriera hace varios meses. Lee les explicó que nadie se consideraba lo bastante digno de tocarlo y menos aún de moverlo y por eso seguía allí.

-Saquen esto de aquí - dijo Matías asqueado.
-¿Dónde lo enterramos, majestad? -preguntó su secretario.
-¿Enterrarlo? - No, no, no, nada de eso. Todavía quedan algunos fanáticos del Supremo escondidos en la ciudad y no podemos permitir que su tumba se convierta en un lugar de peregrinaje. Envolvedlo en una mortaja y en cuanto los carpinteros terminen de reparar la galera embarcadlo y que lo arrojen al mar lo más lejos posible.

Entonces Matías reparó en una puerta cerrada con cerrojo junto a la cama. Lee aseguraba no tener la llave ni saber lo que había dentro. Todos quedaron extrañados y el obispo de Pest sacó su maza y comenzó a derribar la pesada puerta. Tras un gran esfuerzo lo logró y cuando se disponía a entrar Matías le apartó con un gesto de la mano. Si allí era donde Qin escondía sus tesoros quería ser él el primero en verlo. Matías entró en lo que parecía ser una pequeña capilla secreta y al cabo de unos instantes salió con el rostro palidecido por el terror. Sus acompañantes nunca le habían visto así, ni en los momentos más peligrosos de la batalla. "Magia negra..." alcanzó a decir. "...culto a los demonios" y todos los presentes excepto Lee se santiguaron. Entonces Matías tuvo la certeza de que las estatuas de Qin le estaban mirando. En sus vacíos ojos pudo ver una enorme ira. Una súbita ráfaga de viento hizo que todas las velas le apuntaran a él. Matías se abrió pasó a empujones entre su séquito para salir de allí. "Hay que sellar esta habitación... no, mejor sellad todo el palacio. ¡Este lugar está maldito!" Exclamó mientras abandonaba apresuradamente el lugar.

[Dami]

Pasargadae, Sala del consejo:

-Ministro de relaciones internacionales: Su majestad, hemos descubierto una nueva tribu, se hacen llamar Australianos, guiados por un tal Curtis

Gran Ciro: Bien, enviaremos enviados y buscaremos nuevos puertos donde comerciar, eso siempre es una buena noticia... ahora déjame analizar estos mapas, los ríos no paran de arruinar nuestras cosechas y el volcán allende a Palacio fertiliza nuestras tierras con el mismo ímpetu con el que elimina a mis ciudadanos, debo...

(de pronto, del Gran Templo Vacuo comienza a oírse un coro de voces, su fuerza aumenta a su vez que su tristeza oprime el corazón del Gran Ciro, el sonido es ensordecedor, nubla la mente de todos los presentes, de repente el tiempo se detiene, solo Ciro mantiene la cordura, observa el Obelisco Sagrado y un violento rayo cae sobre él, por un momento observa la imagen de una estatua de Jade, no reconoce a quien pertenece, pero al desaparecer deja un hueco en su alma que sabe, jamás podrá llenar...) instantáneamente todos los presentes continúan sus quehaceres como si nada hubiera pasado...

Habrá sido un sueño, se dice Ciro a sí mismo, o no?...

PD: Viva el Rol!!! Lástima que no hay más tiempo para hacer mejores crónicas... malditos hijos pequeños
PD2: Muy buena crónica Towers

[HBHR]

Muy buenos roleos. Felicitaciones a ambos

[Dami]

Me ha llegado el mail de Towers del T67, pero al ingresar dice ¨esperando jugador¨...

Towers, tienes el turno disponible para jugar?