TINTÍN ERA DE CENTRO IZQUIERDA
Un experto en Tintín, el periodista Michael Farr (París, 1953), sostiene que Tintín era ideológicamente de centro izquierda y no conservador, como se asegura mayoritariamente en una polémica que hay desde hace unos años, y que recientemente llegó a ser un debate en las Cortes francesas. "Tintín era de centro izquierda y estaba contra el fascismo, y Hergé (su autor, pseudónimo de George Remi) también, pero era más 'naïf' e inocente, como muchos artistas", aseveró Farr. "Todas las pruebas indican que la política de Tintín es liberal", dijo.
Farr recordó que sobre Hergé "se ha dicho que era más bien de derechas porque durante la ocupación alemana trabajó en el diario 'Le Soir', controlado por los nazis, y se dijo que él era pronazi, pero esto son tonterías".
"El gran error" admitido por Hergé, según el autor del libro, es que en 1940, tras el cierre por los nazis del diario católico 'El Siglo XX', aceptó trabajar en el periódico nazi 'Le Soir', en el que publicaba una tira de Tintín en la portada, al lado de noticias que hacían apología del ejército alemán.
"Hubiera sido mejor dejar de dibujar o pasar a la clandestinidad", opinó Farr, "pero pensaba que dibujando ayudaba a levantar la moral de los belgas durante la ocupación alemana". "No era amante de la ocupación", dijo Farr.
El periodista acaba de publicar en España 'Tintín. El sueño y la realidad', en catalán y castellano por la editorial Zendrera Zariquiey (10.000 ejemplares en total), una obra que ilustra los secretos de la creación de los 24 libros de Tintín.
Este tintinólogo cuenta, álbum tras álbum, el proceso de creación de los libros de Hergé, desde 'Tintín en el país de los Soviets' hasta 'Arte-Alfa', y la meticulosidad en las ambientaciones.
El libro, que salió hace un año en el Reino Unido y que ya lleva cuatro ediciones, como en Francia, aparece ahora en España cuando el próximo año se conmemora el vigésimo aniversario de la muerte del autor belga y el 75 cumpleaños de la aparición del primer libro de Tintín.
Zendrera Zariquiey inaugura así una colección que dentro de un mes se completará con 'Tintín y los animales', 'Tintín en el espacio' y 'Tintín y el Yeti', y en marzo del 2003 'Tintín, Haddock y los barcos', de Yves Horeau.
En 1978, este experto en Tintín trabajaba como reportero en Bruselas y "buscaba ideas para escribir algo" y se puso en contacto con Hergé, guiado por su interés por Tintín. "Sabía que Hergé era muy tímido y que no concedía entrevistas, pero tras varias semanas de insistencia aceptó encontrarse conmigo", dijo Farr. Curiosamente quedaron en Comme chez soi, un restaurante con una carta decorada con personajes de Hergé.
Así, Farr pudo tener acceso al archivo guardado en la Fundación Hergé, "y durante varios años estuve sentado en la misma mesa que Hergé estudiando montones de cajas de archivos". Para Farr, Hergé "también era como un periodista, porque lo guardaba todo, sobre todo recortes de periódicos ya que pensaba que aquellas historias le servirían algún día, además de billetes de avión y tranvía".
La obra de Farr permite ver cómo trabajaba el creador de Tintín y Milú y el uso de estos materiales. A partir de 1929 empezó a hacer recortes de los periódicos, los pegaba en álbumes y les ponía anotaciones, algo que hizo durante años. Pero hay mucho más material del que descubre el libro de Farr, quien bromeó que lo que contenía su obra "sólo es el 1 por ciento de todo lo que hay". El 90 por ciento de lo recopilado durante años no lo llegó a usar nunca, dijo Farr, "sólo lo tenía por si acaso".
El libro recoge los cambios que se produjeron en las diferentes ediciones de las publicaciones de Hergé. "Hergé procuraba no hacer cambios, sin embargo, al ser un perfeccionista, si había algo mal sentía que había que cambiarlo", dijo Farr. A veces, como explicó el autor de la obra, eran los editores extranjeros los que insistían en los cambios, sobre todo en Estados Unidos, donde pensaban que se trataban de libros exclusivamente para niños y no entendían que en las mismas viñetas salieran blancos y negros.
El personaje de Tintín, periodista, "es el alter ego de Hergé, que era muy modesto y prefería quedarse en su casa y observar el mundo, por lo que enviaba a Tintín a estos viajes", afirmó Farr. Hergé tenía depresiones, "pero no sólo al final de su vida, como a veces se ha dicho, sino a partir de la crisis de los cuarenta", señaló Farr, quien señaló que el autor belga "amaba a Tintín como si fuera su hijo". "Tintín soy yo", había llegado a decir Hergé, como recordó Farr.
El periodista y experto en Tintín Michael Farr aseguró hoy que Hergé siempre tuvo en mente hacer otro libro sobre los Indios americanos (en sus inicios publicó 'Tintín en América') "porque consideraba que en su primer volumen no les había hecho justicia", aunque en numerosas ocasiones había denunciado los maltratos a que se veían sometidos. También quería ambientar una historia en Australia, como lo demuestra el material hallado sobre Canberra y la fauna del país.
Terra/Agencias
Un experto en Tintín, el periodista Michael Farr (París, 1953), sostiene que Tintín era ideológicamente de centro izquierda y no conservador, como se asegura mayoritariamente en una polémica que hay desde hace unos años, y que recientemente llegó a ser un debate en las Cortes francesas. "Tintín era de centro izquierda y estaba contra el fascismo, y Hergé (su autor, pseudónimo de George Remi) también, pero era más 'naïf' e inocente, como muchos artistas", aseveró Farr. "Todas las pruebas indican que la política de Tintín es liberal", dijo.
Farr recordó que sobre Hergé "se ha dicho que era más bien de derechas porque durante la ocupación alemana trabajó en el diario 'Le Soir', controlado por los nazis, y se dijo que él era pronazi, pero esto son tonterías".
"El gran error" admitido por Hergé, según el autor del libro, es que en 1940, tras el cierre por los nazis del diario católico 'El Siglo XX', aceptó trabajar en el periódico nazi 'Le Soir', en el que publicaba una tira de Tintín en la portada, al lado de noticias que hacían apología del ejército alemán.
"Hubiera sido mejor dejar de dibujar o pasar a la clandestinidad", opinó Farr, "pero pensaba que dibujando ayudaba a levantar la moral de los belgas durante la ocupación alemana". "No era amante de la ocupación", dijo Farr.
El periodista acaba de publicar en España 'Tintín. El sueño y la realidad', en catalán y castellano por la editorial Zendrera Zariquiey (10.000 ejemplares en total), una obra que ilustra los secretos de la creación de los 24 libros de Tintín.
Este tintinólogo cuenta, álbum tras álbum, el proceso de creación de los libros de Hergé, desde 'Tintín en el país de los Soviets' hasta 'Arte-Alfa', y la meticulosidad en las ambientaciones.
El libro, que salió hace un año en el Reino Unido y que ya lleva cuatro ediciones, como en Francia, aparece ahora en España cuando el próximo año se conmemora el vigésimo aniversario de la muerte del autor belga y el 75 cumpleaños de la aparición del primer libro de Tintín.
Zendrera Zariquiey inaugura así una colección que dentro de un mes se completará con 'Tintín y los animales', 'Tintín en el espacio' y 'Tintín y el Yeti', y en marzo del 2003 'Tintín, Haddock y los barcos', de Yves Horeau.
En 1978, este experto en Tintín trabajaba como reportero en Bruselas y "buscaba ideas para escribir algo" y se puso en contacto con Hergé, guiado por su interés por Tintín. "Sabía que Hergé era muy tímido y que no concedía entrevistas, pero tras varias semanas de insistencia aceptó encontrarse conmigo", dijo Farr. Curiosamente quedaron en Comme chez soi, un restaurante con una carta decorada con personajes de Hergé.
Así, Farr pudo tener acceso al archivo guardado en la Fundación Hergé, "y durante varios años estuve sentado en la misma mesa que Hergé estudiando montones de cajas de archivos". Para Farr, Hergé "también era como un periodista, porque lo guardaba todo, sobre todo recortes de periódicos ya que pensaba que aquellas historias le servirían algún día, además de billetes de avión y tranvía".
La obra de Farr permite ver cómo trabajaba el creador de Tintín y Milú y el uso de estos materiales. A partir de 1929 empezó a hacer recortes de los periódicos, los pegaba en álbumes y les ponía anotaciones, algo que hizo durante años. Pero hay mucho más material del que descubre el libro de Farr, quien bromeó que lo que contenía su obra "sólo es el 1 por ciento de todo lo que hay". El 90 por ciento de lo recopilado durante años no lo llegó a usar nunca, dijo Farr, "sólo lo tenía por si acaso".
El libro recoge los cambios que se produjeron en las diferentes ediciones de las publicaciones de Hergé. "Hergé procuraba no hacer cambios, sin embargo, al ser un perfeccionista, si había algo mal sentía que había que cambiarlo", dijo Farr. A veces, como explicó el autor de la obra, eran los editores extranjeros los que insistían en los cambios, sobre todo en Estados Unidos, donde pensaban que se trataban de libros exclusivamente para niños y no entendían que en las mismas viñetas salieran blancos y negros.
El personaje de Tintín, periodista, "es el alter ego de Hergé, que era muy modesto y prefería quedarse en su casa y observar el mundo, por lo que enviaba a Tintín a estos viajes", afirmó Farr. Hergé tenía depresiones, "pero no sólo al final de su vida, como a veces se ha dicho, sino a partir de la crisis de los cuarenta", señaló Farr, quien señaló que el autor belga "amaba a Tintín como si fuera su hijo". "Tintín soy yo", había llegado a decir Hergé, como recordó Farr.
El periodista y experto en Tintín Michael Farr aseguró hoy que Hergé siempre tuvo en mente hacer otro libro sobre los Indios americanos (en sus inicios publicó 'Tintín en América') "porque consideraba que en su primer volumen no les había hecho justicia", aunque en numerosas ocasiones había denunciado los maltratos a que se veían sometidos. También quería ambientar una historia en Australia, como lo demuestra el material hallado sobre Canberra y la fauna del país.
Terra/Agencias
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