It occurred to me that it would be a good idea to establish the Benedetti Memorial Thread to honor the memory of the first Hispanic poster of Apolyton.
Benedetti loved poetry. What a better way to inaugurate this memorial than a poem by the other Benedetti, don Mario:
ELEGIR MI PAISAJE -- Mario Benedetti
Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado,
elegirÃa, robarÃa esta calle
que es anterior a mà y a todos.
Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.
Aquà estarán siempre, aquÃ, los enemigos,
los espÃas aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran amis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.
Aquà hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.
Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera
y su insignificante comezón de recuerdos.
Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegirÃa, robarÃa esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.
Benedetti loved poetry. What a better way to inaugurate this memorial than a poem by the other Benedetti, don Mario:
ELEGIR MI PAISAJE -- Mario Benedetti
Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado,
elegirÃa, robarÃa esta calle
que es anterior a mà y a todos.
Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.
Aquà estarán siempre, aquÃ, los enemigos,
los espÃas aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran amis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.
Aquà hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.
Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera
y su insignificante comezón de recuerdos.
Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegirÃa, robarÃa esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.
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