Permitidme decir algo acerca de la CUP: ese partido, que sin el apoyo de sus 10 diputados (conseguidos por la decepción, el despecho y la indignación) hubiera sido imposible llegar a éste punto. Además de aspirar a salir de España, de Europa y de la Otan, como dije en un post anterior, su fín último es la creación de los “Paisos Catalans”, lo que conlleva anexionar la Comunidad Valenciana, Baleares, Andorra, Pirineos Oriental (Francia), parte de la Región de Murcia y una franja de Aragón. ¿no recuerda esto a Alemania, en nombre de la social democracia, cuando echó el ojo a Austria, Polonia y Checoslovaquia?
Hace “cuatro días” escuché a una dirigente de la CUP, que no era Ana Gabriel, cuando le preguntaron por la fuga de las sedes sociales de numerosas empresas (hoy han dicho los informativos que más de 400 ya) contestar que no habría problema: que una vez declarada la república harían un control del capital. ¡Y se quedó tan ancha! ¡Estupefacto quedéme yo!
Pero, ¿no se ve? Eso sí que es Independencia a cualquier precio. ¿por 17.500 millones de euros, que es la cuenta de resultados anual que le salió a la Generalitat y nadie ha negado? ¿ya no nos acordamos de los Fondos de Cohesión que España recibió durante un montón de años de Europa? Ahora aportamos a ese fondo para que los paises que lo necesiten se situen a un nivel similar al resto y seguir creciendo juntos.
He de añadir que el tema catalán importa poco fuera de Cataluña. Lo veo en mi reducido grupo de amistades, que hablamos de Cataluña unos instantes y sin ninguna preocupación, o en mi grupo laboral, más amplio, donde veo que se habla de ello (poco) pero en el fondo tampoco hay debate. Cada uno con nuestras ideas y sin debatir. No preocupa.
Y todas las banderas que veo en los balcones están, generalmente, en el centro de la ciudad (alguna también en los barrios de la periferia, por supuesto).
No pretendo hacerle la Hoja de Ruta a nadie pero, para empezar, se puede hacer una cosa: hay que echar a Rajoy. Culpable, en igual medida que la Generalitat, de lo que está ocurriendo. Y yo soy de los que también están indignados y decepcionados y de los que creen que sí, se puede.
Hace “cuatro días” escuché a una dirigente de la CUP, que no era Ana Gabriel, cuando le preguntaron por la fuga de las sedes sociales de numerosas empresas (hoy han dicho los informativos que más de 400 ya) contestar que no habría problema: que una vez declarada la república harían un control del capital. ¡Y se quedó tan ancha! ¡Estupefacto quedéme yo!
Pero, ¿no se ve? Eso sí que es Independencia a cualquier precio. ¿por 17.500 millones de euros, que es la cuenta de resultados anual que le salió a la Generalitat y nadie ha negado? ¿ya no nos acordamos de los Fondos de Cohesión que España recibió durante un montón de años de Europa? Ahora aportamos a ese fondo para que los paises que lo necesiten se situen a un nivel similar al resto y seguir creciendo juntos.
He de añadir que el tema catalán importa poco fuera de Cataluña. Lo veo en mi reducido grupo de amistades, que hablamos de Cataluña unos instantes y sin ninguna preocupación, o en mi grupo laboral, más amplio, donde veo que se habla de ello (poco) pero en el fondo tampoco hay debate. Cada uno con nuestras ideas y sin debatir. No preocupa.
Y todas las banderas que veo en los balcones están, generalmente, en el centro de la ciudad (alguna también en los barrios de la periferia, por supuesto).
No pretendo hacerle la Hoja de Ruta a nadie pero, para empezar, se puede hacer una cosa: hay que echar a Rajoy. Culpable, en igual medida que la Generalitat, de lo que está ocurriendo. Y yo soy de los que también están indignados y decepcionados y de los que creen que sí, se puede.
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