Inventos españoles: el turrón, la fregona, el chupa-chups, la tortilla de patatas y ... las huelgas veladas de controladores aéreos.
Esta tarde me disponía a tomar un avión en el aeropuerto de Madrid - Barajas, para encontrarme con mi familia y mis amigos en Santander y pasar con ellos este magnífico "puente" de la Constitución.
Me he tenido que quedar en tierra, porque unos señores, que dicho sea de paso, cobran un pastizal, se han puesto todos de baja al mismo tiempo (epidemia de hijoputismo simultánea) por el estress causado al enterarse de que las nuevas medidas del gobierno Zapatero, incluyen la privatización parcial de AENA (la empresa pública que los tiene contratados).
La consecuencia ha sido la misma que un ataque terrorista magnicida o la de una invasión extranjera, la clausura del espacio aéreo español, algo inaudito e impensable para muchos, pero que hoy se ha hecho realidad.
Se trata de una huelga velada, porque se escuda en los recovecos normativos para evitar una ilegalidad patente, lo que denota la premeditación y la alevosía de una actuación que más allá del propio acto reivindicativo se sitúa en la franja del delito. Y digo delito porque la intención es la de perjudicar y hacer daño a propósito sin dar aviso ni prestar servicios mínimos, como medida de presión en el combate entre el colectivo de controladores y del gobierno, poniendo a los viajeros como moneda de cambio.
Puestas las reclamaciones pertinentes ante la operadora y AENA, deberían iniciarse actuaciones legales en masa, exigiendo daños y perjuicios a estos individuos, para que recaigan sobre ellos las verdaderas consecuencias de sus actos, sentando el sano precedente de que el que la hace la paga.

P.S.
Si no se notaba, sí, estoy muy cabreado.
Esta tarde me disponía a tomar un avión en el aeropuerto de Madrid - Barajas, para encontrarme con mi familia y mis amigos en Santander y pasar con ellos este magnífico "puente" de la Constitución.
Me he tenido que quedar en tierra, porque unos señores, que dicho sea de paso, cobran un pastizal, se han puesto todos de baja al mismo tiempo (epidemia de hijoputismo simultánea) por el estress causado al enterarse de que las nuevas medidas del gobierno Zapatero, incluyen la privatización parcial de AENA (la empresa pública que los tiene contratados).
La consecuencia ha sido la misma que un ataque terrorista magnicida o la de una invasión extranjera, la clausura del espacio aéreo español, algo inaudito e impensable para muchos, pero que hoy se ha hecho realidad.
Se trata de una huelga velada, porque se escuda en los recovecos normativos para evitar una ilegalidad patente, lo que denota la premeditación y la alevosía de una actuación que más allá del propio acto reivindicativo se sitúa en la franja del delito. Y digo delito porque la intención es la de perjudicar y hacer daño a propósito sin dar aviso ni prestar servicios mínimos, como medida de presión en el combate entre el colectivo de controladores y del gobierno, poniendo a los viajeros como moneda de cambio.
Puestas las reclamaciones pertinentes ante la operadora y AENA, deberían iniciarse actuaciones legales en masa, exigiendo daños y perjuicios a estos individuos, para que recaigan sobre ellos las verdaderas consecuencias de sus actos, sentando el sano precedente de que el que la hace la paga.

P.S.
Si no se notaba, sí, estoy muy cabreado.

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