Comenzó ayer operación para rescatar pieza del Graf Spee
La operación de rescate de una pieza del acorazado alemán de bolsillo Admiral Graff Spee –que será extraída por completo mañana– comenzó ayer en aguas del Río de la Plata. Un equipo de expertos se trasladó hasta la zona donde está hundido el barco –a unos siete kilómetros de la costa– para asegurar con cables de acero el telémetro, el artefacto del acorazado que será extraído por los rescatistas comandados por Héctor Bado.
Pero el anuncio de avances en la operación de rescate del barco de guerra alemán encontró dura oposición entre los tripulantes sobrevivientes del Graf Spee. Ayer uno de ellos volvió a hacer oír su voz en contra de la iniciativa. Friedrich Adolphe, único sobreviviente del Graf Spee que sigue en Uruguay, pidió que “dejen tranquilo” al barco.
El rescate de esa pieza del barco de guerra alemán también generó el interés de medios de comunicación internacionales cuyos corresponsales en la región llegarán hoy a Uruguay para cubrir mañana las alternativas en alta mar. Entre los medios acreditados se destacan CNN, la televisión pública alemana, un diario alemán y las agencias internacionales AP, France Press y Reuters.
Bado informó que los trabajos realizados ayer en el barco hundido tenían por objetivo asegurar los cables de acero que servirán para extraer el telémetro. “Esas lingas permitirán levantarlo y sacarlo del río”, afirmó. El telémetro es un instrumento de 27 toneladas que tiene forma de cruz y estaba ubicado en la torre de combate del acorazado. Permitía mejorar la puntería de la poderosa artillería del barco.
Bado informó que el acorazado tiene un 30% de sus 186 metros de eslora hundido en el barro, lo que dificulta las tareas de rescate de otras partes del barco. El Graf Spee fue hundido en diciembre 1939 por su capitán, Hans Langsdorff, luego de pensar que estaba rodeado por una poderosa flota británica en las afueras de Montevideo. El acorazado había entrado al puerto capitalino para reparar sus daños luego de participar de combates con los cruceros Exeter, Achilles y Ajax en la llamada Batalla del Río de la Plata.
Bado dijo que la intención es que lo que se rescate –que puede culminar con el propio cuerpo del acorazado, además de sus partes– se “quede en Uruguay, aunque no descartamos que pueda, en un futuro, realizarse alguna gira itinerante para exhibirlo”.
“Pero la intención es que no salga del Uruguay”, dijo Bado a la agencia AP aunque señaló que de momento se desconoce donde será ubicado para su posterior exhibición.
En la operación denominada The Admiral Graf Spee Proyect, entre otros, Nelson Mensun Bounch, director de Arqueología de la Universidad de Oxford (Inglaterra), el alemán Thomas Smid y el arqueólogo argentino Atilio Nasti.
Bado dijo ayer que durante las tareas se adoptarán todas las medidas de seguridad para evitar posibles imprevistos. Ayer uno de los sobrevivientes del barco alemán había alertado de explosivos que todavía no se detonaron. “No creemos que pueda suceder nada”, afirmó Bado.
El único sobreviviente. En tanto, Adolphe, un ex tripulante del Graf Spee que vive en la zona de El Prado de Montevideo, pidió ayer tranquilidad para los restos metálicos del barco. “Que lo dejen tranquilo. Es lo mejor”, dijo el anciano ex marino que se radicó en Uruguay luego que el Graf Spee se hundió frente a las costas de Montevideo.
Según su versión, los explosivos que todavía pueden estar en el acorazado no son peligrosos. “Después de 60 años las bombas quedan desactivadas”, señaló.
El marino recordó ayer que tenía 19 años cuando se embarcó en el Graf Spee en alemania y fue destinado en principio a la sala de máquinas. Posteriormente, fue trasladado a una de las dos torres donde estaban los cañones.
Durante la Batalla del Río de la Plata entre el Graf Spee y los tres cruceros aliados, Adolphe resultó herido de gravedad en una pierna. “Estuve del 13 de diciembre cuando nos desembarcaron hasta el 17 en estado de coma” en el hospital Militar, recordó Adolphe y por “eso nada supe que el capitán Hans Langsdorff decidió explotar y hundir” el barco antes de caer en manos enemigas.
La operación de rescate de una pieza del acorazado alemán de bolsillo Admiral Graff Spee –que será extraída por completo mañana– comenzó ayer en aguas del Río de la Plata. Un equipo de expertos se trasladó hasta la zona donde está hundido el barco –a unos siete kilómetros de la costa– para asegurar con cables de acero el telémetro, el artefacto del acorazado que será extraído por los rescatistas comandados por Héctor Bado.
Pero el anuncio de avances en la operación de rescate del barco de guerra alemán encontró dura oposición entre los tripulantes sobrevivientes del Graf Spee. Ayer uno de ellos volvió a hacer oír su voz en contra de la iniciativa. Friedrich Adolphe, único sobreviviente del Graf Spee que sigue en Uruguay, pidió que “dejen tranquilo” al barco.
El rescate de esa pieza del barco de guerra alemán también generó el interés de medios de comunicación internacionales cuyos corresponsales en la región llegarán hoy a Uruguay para cubrir mañana las alternativas en alta mar. Entre los medios acreditados se destacan CNN, la televisión pública alemana, un diario alemán y las agencias internacionales AP, France Press y Reuters.
Bado informó que los trabajos realizados ayer en el barco hundido tenían por objetivo asegurar los cables de acero que servirán para extraer el telémetro. “Esas lingas permitirán levantarlo y sacarlo del río”, afirmó. El telémetro es un instrumento de 27 toneladas que tiene forma de cruz y estaba ubicado en la torre de combate del acorazado. Permitía mejorar la puntería de la poderosa artillería del barco.
Bado informó que el acorazado tiene un 30% de sus 186 metros de eslora hundido en el barro, lo que dificulta las tareas de rescate de otras partes del barco. El Graf Spee fue hundido en diciembre 1939 por su capitán, Hans Langsdorff, luego de pensar que estaba rodeado por una poderosa flota británica en las afueras de Montevideo. El acorazado había entrado al puerto capitalino para reparar sus daños luego de participar de combates con los cruceros Exeter, Achilles y Ajax en la llamada Batalla del Río de la Plata.
Bado dijo que la intención es que lo que se rescate –que puede culminar con el propio cuerpo del acorazado, además de sus partes– se “quede en Uruguay, aunque no descartamos que pueda, en un futuro, realizarse alguna gira itinerante para exhibirlo”.
“Pero la intención es que no salga del Uruguay”, dijo Bado a la agencia AP aunque señaló que de momento se desconoce donde será ubicado para su posterior exhibición.
En la operación denominada The Admiral Graf Spee Proyect, entre otros, Nelson Mensun Bounch, director de Arqueología de la Universidad de Oxford (Inglaterra), el alemán Thomas Smid y el arqueólogo argentino Atilio Nasti.
Bado dijo ayer que durante las tareas se adoptarán todas las medidas de seguridad para evitar posibles imprevistos. Ayer uno de los sobrevivientes del barco alemán había alertado de explosivos que todavía no se detonaron. “No creemos que pueda suceder nada”, afirmó Bado.
El único sobreviviente. En tanto, Adolphe, un ex tripulante del Graf Spee que vive en la zona de El Prado de Montevideo, pidió ayer tranquilidad para los restos metálicos del barco. “Que lo dejen tranquilo. Es lo mejor”, dijo el anciano ex marino que se radicó en Uruguay luego que el Graf Spee se hundió frente a las costas de Montevideo.
Según su versión, los explosivos que todavía pueden estar en el acorazado no son peligrosos. “Después de 60 años las bombas quedan desactivadas”, señaló.
El marino recordó ayer que tenía 19 años cuando se embarcó en el Graf Spee en alemania y fue destinado en principio a la sala de máquinas. Posteriormente, fue trasladado a una de las dos torres donde estaban los cañones.
Durante la Batalla del Río de la Plata entre el Graf Spee y los tres cruceros aliados, Adolphe resultó herido de gravedad en una pierna. “Estuve del 13 de diciembre cuando nos desembarcaron hasta el 17 en estado de coma” en el hospital Militar, recordó Adolphe y por “eso nada supe que el capitán Hans Langsdorff decidió explotar y hundir” el barco antes de caer en manos enemigas.
Como supongo que a muchos les interesa la historia militar... aqui en UY es un tema que despiera mucha curiosidad, fue el unico acontesimiento donde se vio la guerra directamente...
La pregunta: hay derecho de sacar del mar los restos del buque? o se deberia respetar la memoria de los que alli murieron...
Como se estaban quejando que habia demasiados threads de PBEM...
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