CINE: ENTREVISTA CON GUSTAVO POSTIGLIONE
A la carga
En "Ipanema", el director rosarino critica a la clase media en diciembre de 2001. Mordaz, dispara contra todos.
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Laura Gentile. MAR DEL PLATA ENVIADA ESPECIAL
lgentile@clarin.com
Gustavo Postiglione llegó al 20 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con un combo completo y criticón: el estreno de Ipanema, exhibida en Vitrina Argentina y la presentación de su libro Cine Instantáneo, un ensayo que se completa con la proyección de Miami, su "pata" fílmica.
Si en Ipanema el director rosarino (El asadito, El cumple) cuestiona la participación mediatizada de cierta clase media intelectual en el estallido de diciembre del 2001, en el libro revisa el espíritu del llamado Nuevo cine argentino. "En este país falta debate sobre el cine —afirma—, es más, creo que es en el cine donde menos debate hay".
¿Por qué?
Porque el director de cine es muy ombliguista, no tiene un sentido de solidaridad. Hablo de los cineastas más jóvenes. Hay una carencia de formación política en los nuevos directores y esa carencia hace que haya imposibilidad de discutir cosas más allá de un encuadre.
¿Te referís al cine que muestra jóvenes abúlicos y desganados?
Una cosa es el existencialismo como problemática a abordar en los 60, donde las películas reflejaban esa condición de no futuro de una generación, que podía venir de la pos guerra. En aquellas películas ese no pasar nada hacía que algo sucediera porque esos eran directores que no estaban vacíos. El problema es cuando el director y los personajes están vacíos. Y esta es una característica de gran parte del cine argentino.
¿Menem lo hizo?
No es casual que esta gente haya crecido en una de las décadas más infames, donde los referentes eran las modelos y la transgresión mayor era cargar a un político por TV. De golpe tenemos una generación descerebrada. Es como que la dictadura hizo desaparecer una generación pensante y el menemismo hizo desaparecer la capacidad de pensar de una generación.
En tu libro hablás de los que filman la miseria para el europeo...
Así como hay cine que se hace desde los cánones de la industria americana, hay otro que se realiza a partir de los modelos que imponen los festivales de cine clase A o ciertas fundaciones del primer mundo. Esos condicionamientos hacen que el cine argentino carezca de identidad propia.
¿Por qué creés que a los europeos les gusta ver ese cine?
Creo que por cierta culpa de imperio colonizador y por la mirada hacia lo exótico, una mirada pedante que niega que hagas una película como las que hacen ellos. No sé si allá tendría éxito una película que hable de sectores medios no marginales.
De todas formas, en Postiglione no todo es pesimismo: "tengo mucha más fe en la gente que está empezando a hacer sus películas que en la gente que ya está consagrada".
A la carga
En "Ipanema", el director rosarino critica a la clase media en diciembre de 2001. Mordaz, dispara contra todos.
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Laura Gentile. MAR DEL PLATA ENVIADA ESPECIAL
lgentile@clarin.com
Gustavo Postiglione llegó al 20 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con un combo completo y criticón: el estreno de Ipanema, exhibida en Vitrina Argentina y la presentación de su libro Cine Instantáneo, un ensayo que se completa con la proyección de Miami, su "pata" fílmica.
Si en Ipanema el director rosarino (El asadito, El cumple) cuestiona la participación mediatizada de cierta clase media intelectual en el estallido de diciembre del 2001, en el libro revisa el espíritu del llamado Nuevo cine argentino. "En este país falta debate sobre el cine —afirma—, es más, creo que es en el cine donde menos debate hay".
¿Por qué?
Porque el director de cine es muy ombliguista, no tiene un sentido de solidaridad. Hablo de los cineastas más jóvenes. Hay una carencia de formación política en los nuevos directores y esa carencia hace que haya imposibilidad de discutir cosas más allá de un encuadre.
¿Te referís al cine que muestra jóvenes abúlicos y desganados?
Una cosa es el existencialismo como problemática a abordar en los 60, donde las películas reflejaban esa condición de no futuro de una generación, que podía venir de la pos guerra. En aquellas películas ese no pasar nada hacía que algo sucediera porque esos eran directores que no estaban vacíos. El problema es cuando el director y los personajes están vacíos. Y esta es una característica de gran parte del cine argentino.
¿Menem lo hizo?
No es casual que esta gente haya crecido en una de las décadas más infames, donde los referentes eran las modelos y la transgresión mayor era cargar a un político por TV. De golpe tenemos una generación descerebrada. Es como que la dictadura hizo desaparecer una generación pensante y el menemismo hizo desaparecer la capacidad de pensar de una generación.
En tu libro hablás de los que filman la miseria para el europeo...
Así como hay cine que se hace desde los cánones de la industria americana, hay otro que se realiza a partir de los modelos que imponen los festivales de cine clase A o ciertas fundaciones del primer mundo. Esos condicionamientos hacen que el cine argentino carezca de identidad propia.
¿Por qué creés que a los europeos les gusta ver ese cine?
Creo que por cierta culpa de imperio colonizador y por la mirada hacia lo exótico, una mirada pedante que niega que hagas una película como las que hacen ellos. No sé si allá tendría éxito una película que hable de sectores medios no marginales.
De todas formas, en Postiglione no todo es pesimismo: "tengo mucha más fe en la gente que está empezando a hacer sus películas que en la gente que ya está consagrada".
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