Modo: Capturar la princesa

[amidala]

Originally posted by Chilean President
Eso es ser foricamente incorrecta. La idea es estar en contra de todo lo que el otro dice asi puedes subir tu Post Count, que es lo foricamente correcto

Yo expongo ideas no PC

[DrGerry]

No sé qué pasarí si mi viejo hubiese sido un torturador. Seguramente yo no sería yo y no estaría posteando en este foro. Pero si hoy me enterase de que fue un torturador me encargaría de que todo el mundo supiese que fue un hijo de puta.

[Dr. Nick]

¿Qué no va el ser un buen padre de la mano con ser una buena persona?

No necesariamente. Te pasaste de largo mi post sobre los alemanes?

[Karoch]

Siento interrumpir de nuevo, pero sigo con lo mío. Me he colado en el ordenador de la jefa porque el mío no entra, así que estaré aquí un rato.

A los que me respondísteis el viernes:

VLoader: me bajé el Ad-aware, lo pasé y, ciertamente, encontró el Vloader de marras, con 9 objetos más. Lo borró. Reinicio, pruebo a entrar en poly, y me echa igualmente. Vuelvo a pasar el Ad-aware y me dice que estoy limpio. Pruebo en el ordenador de la jefa y entro aquí con normalidad. Paso el Ad-aware y encuentra... ¡68 objetos! (aunque no VLoader)

En cuanto al tipo de línea, pues no sé. Estoy en la universidad, así que banda muuuy ancha,pero ni idea de qué tipo. No creo que sea de Timofónica porque todos los números de teléfono son de Euskaltel, y es más probable un contrato global que dos parciales.

Para ver si me podeis echar una mano, os doy una información más completa de lo que pasa:

Empiezo escribiendo en la línea de direcciones www.apolyton, tanto .net como .com, y entro a la página principal sin problemas. Pincho en forums, y a veces entro, a veces no. Si entro, pincho en Spanish... y carga la página, pero inmediatamente hace como que redirecciona a:

http://ad.doubleclik.net/adi/N2949.apolyton.net/B1355720;sz=468x60;ord=[timestamp]?

ad.doubleclick parece ser una página en construcción.

Otra cosa rara es que no veo la clásica publicidad de Britney o los otros pop-ups habituales de Poly. En cambio me sale uno de Juegos Flash Colosales y una petición de autorización para instalar algo llamado "Internet fun nosequé" con una calle y teléfono de, según dice, Nueva York. Lo que sea que se quiere instalar lo distribuye Trithon y está autentificado por Thawte Server CA.
No pongo el mensaje entero (es para verlo, de verdad: "si no quieres instalar el programa cierra la ventana" -en vez de clica en Cancelar- y con la opción por defecto de Cancelar en vez de Aceptar, que es la corriente) porque está en mi ordenador y no puedo cortar y pegar.

A ver si me dais alguna idea de qué leches pasa.

No tengo antivirus pero no puede ser un virus que me impida entrar sólo en Poly. Ya sería raro, vaya.

[Karoch]

¡Joder! Me acaba de salir el pop-up guarro de marras. ¿Vosotros también lo veis?

[Jay Bee]

No, lo que tienes es un spyware del copon. Ad-aware claramente no te lo ha eliminado. Prueba con Spybot a ver si ese si lo elimina.

Si no, lo mejor es ir al foro de los expertos y preguntar ahi. http://forums.techguy.org/

Yo lo hice cuando tuve un problema parecido y me salia un pop-up de una bella joven metendose cosas por ya sabe usted donde.
Te pediran que ejecutes un programa llamado Hijackthis. Luego posteas el output en ese foro y esperas a que alguno de los expertos de alli te diga que linea(s) del registro tienes que eliminar.

[Jay Bee]

el hijackthis esta aqui:

http://www.tomcoyote.org/hjt/

[WRW]

He visto las imágenes hoy en Telecinco. Y para ésto tanto despliegue de seguridad ($). Si cualquiera con un traje de oficial militar se puede colar.



Un coronel del Ejército 'se coló' en la boda armado y sin invitación

El coronel en la reserva del Ejército de Tierra y escritor Amadeo Martínez Inglés ha asegurado que el sábado logró acceder varios minutos a la Catedral de La Almudena, minutos antes de la boda entre el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz, sin invitación y con una pístola bajo el uniforme. Todo surgió de una "pequeña apuesta familiar" hecha hace meses.

Martínez Inglés, conocido entre otras acciones por presentarse de uniforme en una manifestación contra la guerra en Irak el año pasado, declaró hoy a la SER que incluso cuando reconoció, a preguntas de los aposentadores, que carecía de invitación, uno de ellos se ofreció a gestionarle una, pero finalmente "un señor de unos 50 años con pinta de diplomático" se dió cuenta de la situación y "asombrado y un poco nervioso" le invitó a abandonar el recinto.
El coronel explicó que acudió en traje de gala color caquí --y no de etiqueta como prescribía el protocolo--. Procedente del Hotel Opera, franqueó hasta seis controles de la Policía en la Plaza de Oriente, donde no se le pidió documentación alguna. "Nada más con el uniforme era suficiente como para que me abrieran paso y me saludaran respetuosamente" dijo.

Iba armado
Con su pistola bajo el uniforme, que utiliza como defensa personal, llegó hasta la mismísima rampa de acceso principal a La Almudena y accedió a la catedral cuando los invitados --jefes de Estado incluidos-- estaban ya dentro charlando entre ellos.

Mientras deambulaba, los aposentadores --que eran oficiales compañeros de promoción del Príncipe-- le insistieron para que les indicara su lugar, pero se excusaba diciendo que "conocía aquello" y pasó asi ocho, nueve o diez minutos.

"Pero al final me insistieron tanto que tuve que decrrles que no tenía invitación, y muy amablemente uno de ellos me dijo que le acompañara a una oficina en la propia catedral, porque me podría arreglar el problema y darme una invitación. Yo le acompañe allí, y entonces llegaron los de Seguridad de Zarazuela. Se acercó un señor de 50 años, con pinta de diplomático, y me dijo muy asombrado y un poco nervioso que si no tenía tarjeta debía abandonar el recinto", según el testimonio del coronel, quien abandonó la zona sin mayores problemas.

Martínez Ingles justificó su actuación para mejorar la efectividad de las fuerzas de seguridad, que necesitan ser adecuadas y modernizadas para hacer frente al peligro terrorista, y que a pesard el dispositivo enorme de seguridad, se pudo comprobar que hubo defectos el sábado en la boda real.

[Estilpón]

un país de pandereta


en verdad, este tipo sucesos le ocurre a cualquier país

[Zcylen]

eso me recuerda algo que paso con los gringos,. un tipo negro se envio solo por paqueteria a casa de sus padres
las autoridades se dieorn cuenta de eso cuando el ya estaba con sus papas y fueon a detenerlo

[Thorgal]

En el palacio de Buckingham se coló un nota en el dormitorio de la reina de Inglaterra...

Otra cosa que noté es que cuando pasaba el Rolls algunos policías de esos colocados cada quince metros para vigilar al público se volvían para mirar.

[Niessuh]

A ver cuando se enteran que la seguridad masiva NO FUNCIONA. Ya se pueden gastar el presupuesto entero de un pais. Los conceptos de seguridad que se manejan son de hace un siglo, cuando los anarquistas se mezclaban con la multitud para lanzar bombas al respetable

[Jay Bee]

Floristeria Mateo Morral tal vez?

[DrGerry]

Originally posted by WRW
El coronel en la reserva del Ejército de Tierra y escritor Amadeo Martínez Inglés ha asegurado que el sábado logró acceder varios minutos a la Catedral de La Almudena, minutos antes de la boda entre el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz, sin invitación y con una pístola bajo el uniforme. Todo surgió de una "pequeña apuesta familiar" hecha hace meses.

¡Estos ingleses!


Una que me olvidé: hay una obra teatral de Tato Pavlovksy muy famosa que se llama "El señor Galíndez" donde el personaje es un torturado que en su casa es el más amable de los vecinos y el más amante de los padres y maridos. Tato, además de excelente actor y escritor es psicólogo.

[Niessuh]

Un arti-culillo

El artículo de Jesús Cacho sobre la Boda Real que censuró Pedrojota

Era Navidad, y en Navidad los regalos se esperan en Zarzuela con verdadera expectación. Claro que entre las joyas que suele regalar José Celma, dueño de la aseguradora Metrópolis, y los dátiles revenidos que llegan desde los desiertos de Arabia en relucientes arcones metálicos, hay un largo trecho. Aquel año había llegado uno de los barones Thyssen, Hans Heinrich y Tita, y un viento de febril entusiasmo recorrió Palacio, porque se presumía que aquel iba a ser, tenía que ser un presente importante, acorde con la fortuna de los remitentes. Pero pasaban las horas y el regalo en cuestión, perdido en los vericuetos del servicio y de tanto cargo como pulula por la real Casa, no llegaba a manos de sus destinatarios.

Por la tarde, el Rey y la Reina, cada uno por su lado, reclamaron varias veces la marza, el juanillo de los barones, “pero, ¿dónde está el regalo de los Thyssen...?”. A la mañana siguiente, en pleno desconcierto y viendo que el obsequio no aparecía por ningún lado, los interesados tuvieron una idea luminosa, ya está, ¡la caja fuerte! tiene que estar allí, seguramente alguien ha tomado la precaución de guardarlo al suponer que se trataba de una dádiva importante. La sorpresa fue que, al abrir la puerta blindada, allí sólo había ¡un par de jamones de Jabugo! que alguien había puesto a buen recaudo, sin duda un tesoro, pero no de la clase que esperaban Sus Majestades. Al caer la tarde del segundo día de autos, tras gestiones mil, por fin apareció el tesoro: el presente navideño que los barones Thyssen habían enviado a los Reyes de España era... ¡un libro! Aquella noche hubo tormenta en Palacio.

La anécdota, real como la vida misma, es ilustrativa de la escala de valores que ha presidido la vida del Rey Juan Carlos desde su ascensión al trono. Una cierta, casi obsesiva, afición al dinero, y una serie de estrechas relaciones personales con un tipo de amigos susceptibles de hacer realidad esa pulsión por lo hedonista, lo material, lo crematístico. Por el dinero. Los libros y sus autores, los escritores, filósofos y doctores, los sabios del más diverso signo, nunca le han llamado la atención. Le han divertido más los Primo de Rivera, los Mendoza, los Conde, los De la Rosa, los Alcocer, los Prado y Colón de Carvajal. Manolo Prado, el hombre encargado de gestionar la fortuna real, el gran ausente de la boda de ayer –que siguió desde la cárcel de Sevilla II- representa como pocos las miserias de una familia y una Institución que, tras los fastos de la boda, tras la avalancha de salsa rosa que los españoles han padecido estos días, se enfrenta a un futuro incierto al inicio de un nuevo siglo, seguramente de la mano del Príncipe que ayer contrajo matrimonio.

Un refrán castellano asegura que lo que mal empieza, mal acaba. El juancarlismo fue el resultado de una decisión personal del general Franco, una nueva Restauración que don Juan de Borbón, legítimo sucesor, aceptó a toro pasado y como mal menor. Muerto el dictador, la Monarquía parlamentaria fue ofrecida a los españoles dentro del paquete cerrado de la Constitución del 78. De aquel pecado original arrancan muchos, si no la mayoría, de los males de la Institución. Allí se confundieron muchas cosas, se equivocaron muchas conductas. Allí muchos trabucaron fervor con servilismo, apoyo con falta de exigencia. El resultado es que, a día de hoy, todas las cuestiones referidas al Rey y a la Corona siguen siendo tabúes, y ello en un país donde ya son posibles excesos verbales de todo tipo.

El peor servicio que algunos españoles -obviamente los poderes fácticos, naturalmente los mediáticos- le han hecho a la Corona ha sido colocarla en una urna de cristal a sotavento no ya de todas las tormentas, sino de la más breve brisa de crítica, permitiendo así que sus miembros se fueran saliendo de madre entre el silencio avergonzado de algunos y la risa falsa de otros. Y mucha alfombra mediática dispuesta a vender una versión almibarada y falsa de comportamientos y estilos de vida imposibles de mantener sine die, so pena de despertarse un día al final de un sueño parecido a aquél que, una tarde de abril de 1931, conmocionó la vida de Alfonso XIII cuando, todavía dudando sobre si salir al exilio, tuvo que ser el conde de Romanones quien le invitara a asomarse a la ventana para ver el espectáculo de la multitud arracimada en la plaza de Oriente.

La monarquía restaurada y pobre de solemnidad de los setenta es hoy rica, como casi todo el mundo sabe, no sin que el propio Monarca o sus titulares de respeto, estilo Prado o Chokotoua, se hayan embarcado en mil y un negocios dudosos orientados a forjar ese patrimonio y a sostener el nivel de gasto no sólo de los Borbones hispanos, sino de la familia derrocada en Grecia. La contrapartida ominosa es un mar de rumores que se va extendiendo por doquier, en una marea imposible de contener y que empieza a degenerar en un clima de mentidero chusco y zafio, de broma pesada, que aflora con virulencia por las cloacas de la telebasura, hurtando de nuevo un debate racional y sosegado no sobre el pasado, que eso no tiene arreglo, sino sobre el futuro de una Monarquía encabezada por el todavía Príncipe Felipe.

En la coyuntura que vive una España asediada en su identidad como nación, esa España alba toda y también toda agonía que dice el hermoso soneto de Ridruejo, la España tensionada por las exigencias de un nacionalismo con vocación de Viva Cartagena, son legión los españoles que creen que sería arriesgado abrir el melón del debate Monarquía versus República. A la altura del 2004 es, sin embargo, una evidencia que no se podrá seguir sosteniendo a la Corona a base de cataplasmas de silencio cómplice, como si de una planta enferma se tratara, entre otras cosas porque ni el deterioro de la Institución lo aguantaría, ni las nuevas generaciones de españoles lo soportarían. La solución no puede ser otra que la de abrir las ventanas de Palacio y airear las estancias a la luz fresca de la mañana. Sacar las alfombras y sacudirlas. Luz y taquígrafos. Transparencia y capacidad para emprender un camino nuevo, lo que implica una apuesta decidida por la honestidad personal y el ejemplo en las conductas. Para facilitar el proceso, el Monarca debería ir meditando sobre la necesidad de una pronta renuncia al trono en favor de su hijo