Chile tiene Presidenta
Ricardo Lagos se retira de la Primera Magistratura con más del 70% de aprobación.
Los chilenos deberán acostumbrarse entonces a ver la banda roja, blanca y azul sobre sacos blancos y blusas, y no más trajes azules o grises tras decidir elegir a una mujer para presidenta por primera vez en su historia. El “Sí, prometo” de Michelle Bachelet resonó ayer al mediodía en el Palacio del Congreso Nacional, en Valparaíso, y coronó una ceremonia marcada por la alegría y la emoción. Tanto por el contrapunto de gestos y gritos espontáneos entre Bachelet y el público como por la ovación de varios minutos que se llevó Ricardo Lagos como despedida. La presidenta socialista asumió con el compromiso de mantener a Chile en la senda del crecimiento económico, mejorar la política de distribución de los ingresos y encarar la urgente reforma de un sistema previsional que se desmorona. En materia internacional, el objetivo declarado es estrechar la relación con los países vecinos. En ese sentido debe entenderse la cálida entrevista que mantuvo el viernes con el presidente de Bolivia, Evo Morales –país con el que Chile no mantiene relaciones diplomáticas– y la confirmación de que Argentina será el primer país que visite en el comienzo de una gira por la región.
Los medios chilenos no se cansaron de destacar lo “histórico” de la jornada que vivieron ayer. Y no sólo por el comienzo del cuarto mandato presidencial consecutivo de la Concertación chilena, tal vez la alianza de partidos más exitosa del continente. Bachelet es mujer y un repaso de su perfil no deja de llamar la atención en cualquier punto en que uno se detenga: 54 años, pediatra, socialista, agnóstica, separada, madre de tres hijos de diferentes padres, hija del general Alberto Bachelet, muerto por las torturas de la dictadura de Pinochet, ella misma detenida y torturada junto a su madre cuando tenía apenas 19 años, luego exiliada en Australia y Alemania. Antes de ser candidata a presidente, también fue ministra de Salud y de Defensa, este último cargo también ocupado por una mujer por primera vez.
Tantos condimentos enmarcaban el carácter único de la soleada y calurosa jornada de ayer en Valparaíso, hasta donde se trasladaron los 30 presidentes y cientos de funcionarios extranjeros que participaron de la ceremonia. El Congreso de Chile es una extraña mole de arquitectura moderna en medio de una ciudad de estilo colonial. Ya a lo largo de la muy disfrutable ruta 68 que une Santiago y Valparaíso muchos chilenos se habían acercado con sus banderas para saludar el paso de las comitivas. El espíritu patriótico no alcanzó a conmover a la concesionaria de la autopista que cobró peaje igual que todos los días a quienes viajaron para presenciar la ceremonia y hasta a algunos buses que integraban las comitivas.
Otros miles de chilenos le dieron color a la fiesta que se armó frente al Congreso, donde vivaron a Lagos que llegó saludando de pie a bordo del tradicional Ford Galaxy descapotable de la presidencia -el vehículo de gala que reemplazó hace 40 años al clásico carruaje-, con la banda puesta. El aún presidente ingresó a paso lento al Congreso donde ya lo aguardaba un recinto colmado. Caminó por el pasillo central del Salón de Honor hasta la mesa de las autoridades, ubicada bajo el inmenso Escudo Nacional realizado en mármol. En primera fila los presidentes y los integrantes del gabinete saliente y del entrante. Más atrás, el resto de los invitados especiales. Por razones de protocolo, el príncipe de España Felipe quedó en tercera fila y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, una fila más atrás. Kirchner era el primero de los presidentes junto a su mujer, la senadora Cristina Fernández. Lagos se fue de la presidencia con una aceptación del 70 por ciento entre los chilenos y el dato vaya si se notó en su despedida. Recibió un sostenido aplauso de pie por parte de todos los presentes durante varios minutos, que lo conmovió.
Lagos debió pasarle la banda al titular del Senado, el ex Presidente de la República Eduardo Frei –electo en el cargo ayer temprano– quien a su vez se la colocó a Bachelet. No hay bastón presidencial pero a cambio existe la "Piocha de O’Higgins", una medalla con una estrella de cinco puntas que es símbolo de mando y donde según dice la historia, el ex Presidente Alessandri habría dejado escrito en un papel "Volveré" una vez terminado su primer periodo presidencial.
El “Olé, olé, olé, olé, Michelle, Michelle”, y gritos como “Michelle, estamos contigo”, pusieron a la ya presidenta al borde de las lágrimas. Su madre, Angela Jeria, y sus hijos seguían la ceremonia desde un palco. Pero fue la ovación de despedida que recibió Lagos cuando dejó el estrado lo que terminó por hacerla llorar. Todos en Chile ya hablan de “Lagos 2010”, dado que un presidente en ejercicio no puede ser reelecto. Si no ocurre nada raro en estos años, la transición de la Concertación estaría garantizada. Hay quienes dicen que en la Piocha de O'Higgins hay nuevamente un mensaje escrito con la palabra "Volveré".
Diversas fueron las reacciones políticas luego de la asunción de Michelle Bachelet al sillón presidencial. Mientras sus compañeros de bloque político sólo tuvieron alabanzas para ella y Ricardo Lagos, la oposición prometió una mayor fiscalización durante su mandato. La banda presidencial sobre Michelle Bachelet, la primera mujer Presidenta en la historia de Chile, será una imagen que quedará plasmada en la memoria del país.
Con un Congreso a su favor y una oposición rigurosa, Michelle Bachelet inicia su período presidencial durante cuatro años.
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