Tras arduas negociaciones lanzan la Unión Sudamericana.
Diez presidentes firmarán en 25 días un acta fundacional en Perú.
Ya está redactado el preámbulo que será su acta fundacional. Ya están confirmadas las presencias de los diez presidentes de América del Sur. El 9 del mes próximo nacerá en Perú la Unión Sudamericana, el bloque regional que unirá al Mercosur y sus estados asociados con la Comunidad Andina. Será un hecho histórico, aunque el funcionamiento real y concreto del bloque regional demandará varios años de arduas negociaciones.
El objetivo de la integración de América del Sur es seguir los pasos de la Unión Europea y constituirse en un bloque similar que pueda enfrentar política y económicamente al resto del mundo desde esa unión. Por ahora, es un gesto político de importancia que aún tiene todo por definir.
La Unión Sudamericana será el producto de la integración del Mercosur (la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) más Chile y la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela), que ya tiene firmados acuerdos de libre comercio que potencian la relación.
Dentro de seis meses se realizará una nueva cumbre entre todos los presidentes de América del Sur para definir la forma de gobierno del bloque, el funcionamiento y las herramientas comunes, entre otros puntos. Esto es para acelerar los procesos; a la Unión Europea le llevó 40 años constituirse y funcionar como tal.
Después de la Unión Europea y del Nafta, la Unión Sudamericana sería el tercer bloque económico mundial con enormes reservas de minerales, petróleo y recursos energéticos. Pero sería, además , el primer productor y exportador mundial de alimentos.
Según contó a LA NACION Eduardo Duhalde, que es uno de los que trabajan en este proyecto, en la última cumbre del Grupo Río se evidenció un gran entusiasmo por parte de los presidentes de las Guyanas, Panamá e, incluso de Vicente Fox (México), quien no descartó ir al acto en Perú.
Hace más de cuatro años que los presidentes trabajan en la conformación de esta alianza político-comercial. En una cumbre presidencial realizada en Brasilia, el 30 de agosto y el 1° de septiembre de 2000, los presidentes de América del Sur decidieron estimular la organización de un espacio sudamericano por la proximidad geográfica, la identidad cultural y los valores compartidos entre los países.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es uno de los grandes impulsores de la comunidad de las naciones del Sur. Su papel fue clave porque, pese a las diferencias ideológicas, tiene un gran ascendiente en Ecuador, Colombia y los países de América central y el Caribe.
El preámbulo de la Unión Sudamericana se firmará en Pampa de Quinua, en Perú, el mismo día y en el mismo sitio donde hace 180 años se libró la Batalla de Ayacucho, el último gran combate contra los ejércitos realistas españoles. Un día antes se reunirán los presidentes de los países que integran la Comunidad Andina en Cusco (con ese, como escriben los peruanos y como deriva de la voz inca) y al otro día se trasladarán a Ayacucho para la firma del acta.
El planteo central que da motivo para la conformación de la Unión Sudamericana es unir voces, fortalecerse como bloque para luchar contra "la desigualdad, la exclusión social, el hambre, la pobreza y la inseguridad", como sostiene su preámbulo.
Se pretende, básicamente, que América del Sur sea una región más competitiva y desarrollar un espacio común. Implica, a largo plazo, definir desde una moneda común (como una meta ambiciosa) hasta cómo será el intercambio comercial, el intercambio energético y de telecomunicación entre los países, además del tránsito de personas y de bienes que implican aspectos jurídicos, políticos y económicos.
Todavía se está definiendo si el nombre que le quedará finalmente a la integración de los países de América del Sur será Unión Sudamericana. Se habían analizado Unión del Sur y Estados Unidos de Sudamérica.
Duhalde, como presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, está al frente de las negociaciones para la formación de la Unión Sudamericana, con el apoyo del canciller Rafael Bielsa y su par de Brasil, Celso Amorim.
Es el proyecto que más entusiasma a Duhalde y que considera trascendental a largo plazo para la región.
Habló varias veces del tema con Néstor Kirchner, que, según contó el ex presidente a LA NACION, le dijo: "Metele para adelante".
Kirchner le dijo a Duhalde que va a asistir a la cumbre en Cusco, y hasta Tabaré Vázquez, el presidente electo de Uruguay, aseguró la semana última que quiere asistir al nacimiento de la Unión Sudamericana.
Duhalde no descarta sumar a los presidentes de las Guyanas al acuerdo. Casi todo su tiempo lo dedica a definir el pacto de América del Sur, a tal punto que en lo que va del año el ex presidente ha recorrido dos veces América del Sur. La última gira la hizo con Chávez, que es el otro gran ideólogo del proyecto.
En el proceso a largo plazo que significará la Unión Sudamericana ya está definida la agenda de la integración:
La integración física.
La integración energética.
La integración financiera.
La integración cultural y comunicacional.
Buscar soluciones comunes a problemas comunes, como son la pobreza, la exclusión, la indigencia y la inseguridad.
El fortalecimiento institucional (Parlamento, políticas macroeconómicas y moneda).
La relación con otros bloques y naciones.
Se trata de una gran apuesta política que nacerá el 9 del mes próximo, con diez presidentes en la misma tierra donde hace 180 años luchaban todos unidos. Esa batalla la ganaron.
Por Paola Juárez
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/653948
Diez presidentes firmarán en 25 días un acta fundacional en Perú.
Ya está redactado el preámbulo que será su acta fundacional. Ya están confirmadas las presencias de los diez presidentes de América del Sur. El 9 del mes próximo nacerá en Perú la Unión Sudamericana, el bloque regional que unirá al Mercosur y sus estados asociados con la Comunidad Andina. Será un hecho histórico, aunque el funcionamiento real y concreto del bloque regional demandará varios años de arduas negociaciones.
El objetivo de la integración de América del Sur es seguir los pasos de la Unión Europea y constituirse en un bloque similar que pueda enfrentar política y económicamente al resto del mundo desde esa unión. Por ahora, es un gesto político de importancia que aún tiene todo por definir.
La Unión Sudamericana será el producto de la integración del Mercosur (la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) más Chile y la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela), que ya tiene firmados acuerdos de libre comercio que potencian la relación.
Dentro de seis meses se realizará una nueva cumbre entre todos los presidentes de América del Sur para definir la forma de gobierno del bloque, el funcionamiento y las herramientas comunes, entre otros puntos. Esto es para acelerar los procesos; a la Unión Europea le llevó 40 años constituirse y funcionar como tal.
Después de la Unión Europea y del Nafta, la Unión Sudamericana sería el tercer bloque económico mundial con enormes reservas de minerales, petróleo y recursos energéticos. Pero sería, además , el primer productor y exportador mundial de alimentos.
Según contó a LA NACION Eduardo Duhalde, que es uno de los que trabajan en este proyecto, en la última cumbre del Grupo Río se evidenció un gran entusiasmo por parte de los presidentes de las Guyanas, Panamá e, incluso de Vicente Fox (México), quien no descartó ir al acto en Perú.
Hace más de cuatro años que los presidentes trabajan en la conformación de esta alianza político-comercial. En una cumbre presidencial realizada en Brasilia, el 30 de agosto y el 1° de septiembre de 2000, los presidentes de América del Sur decidieron estimular la organización de un espacio sudamericano por la proximidad geográfica, la identidad cultural y los valores compartidos entre los países.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es uno de los grandes impulsores de la comunidad de las naciones del Sur. Su papel fue clave porque, pese a las diferencias ideológicas, tiene un gran ascendiente en Ecuador, Colombia y los países de América central y el Caribe.
El preámbulo de la Unión Sudamericana se firmará en Pampa de Quinua, en Perú, el mismo día y en el mismo sitio donde hace 180 años se libró la Batalla de Ayacucho, el último gran combate contra los ejércitos realistas españoles. Un día antes se reunirán los presidentes de los países que integran la Comunidad Andina en Cusco (con ese, como escriben los peruanos y como deriva de la voz inca) y al otro día se trasladarán a Ayacucho para la firma del acta.
El planteo central que da motivo para la conformación de la Unión Sudamericana es unir voces, fortalecerse como bloque para luchar contra "la desigualdad, la exclusión social, el hambre, la pobreza y la inseguridad", como sostiene su preámbulo.
Se pretende, básicamente, que América del Sur sea una región más competitiva y desarrollar un espacio común. Implica, a largo plazo, definir desde una moneda común (como una meta ambiciosa) hasta cómo será el intercambio comercial, el intercambio energético y de telecomunicación entre los países, además del tránsito de personas y de bienes que implican aspectos jurídicos, políticos y económicos.
Todavía se está definiendo si el nombre que le quedará finalmente a la integración de los países de América del Sur será Unión Sudamericana. Se habían analizado Unión del Sur y Estados Unidos de Sudamérica.
Duhalde, como presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, está al frente de las negociaciones para la formación de la Unión Sudamericana, con el apoyo del canciller Rafael Bielsa y su par de Brasil, Celso Amorim.
Es el proyecto que más entusiasma a Duhalde y que considera trascendental a largo plazo para la región.
Habló varias veces del tema con Néstor Kirchner, que, según contó el ex presidente a LA NACION, le dijo: "Metele para adelante".
Kirchner le dijo a Duhalde que va a asistir a la cumbre en Cusco, y hasta Tabaré Vázquez, el presidente electo de Uruguay, aseguró la semana última que quiere asistir al nacimiento de la Unión Sudamericana.
Duhalde no descarta sumar a los presidentes de las Guyanas al acuerdo. Casi todo su tiempo lo dedica a definir el pacto de América del Sur, a tal punto que en lo que va del año el ex presidente ha recorrido dos veces América del Sur. La última gira la hizo con Chávez, que es el otro gran ideólogo del proyecto.
En el proceso a largo plazo que significará la Unión Sudamericana ya está definida la agenda de la integración:
La integración física.
La integración energética.
La integración financiera.
La integración cultural y comunicacional.
Buscar soluciones comunes a problemas comunes, como son la pobreza, la exclusión, la indigencia y la inseguridad.
El fortalecimiento institucional (Parlamento, políticas macroeconómicas y moneda).
La relación con otros bloques y naciones.
Se trata de una gran apuesta política que nacerá el 9 del mes próximo, con diez presidentes en la misma tierra donde hace 180 años luchaban todos unidos. Esa batalla la ganaron.
Por Paola Juárez
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/653948
Uruguay y Chile son cautelosos y escépticos.
Lagos prefiere los proyectos concretos.
Los gobiernos de Chile y de Uruguay observan con recelo, escepticismo y cautela el proyecto de crear una Unión Sudamericana de Naciones.
El presidente chileno, Ricardo Lagos, considera que más que crear una nueva institucionalidad hay que establecer proyectos concretos de integración en la región.
"Chile lo ve como un proyecto interesante", dijo, diplomáticamente, a LA NACION un asesor presidencial. Pero luego precisó que "a eso hay que ponerle proyectos concretos que lo articulen, en el campo energético y también en la ejecución de los proyectos que ya están identificados en infraestructura, de carreteras, corredores bioceánicos y todo lo que falta por hacer en ese orden".
Apuntó que "todo lo que contribuya a la integración bienvenido sea, pero hay que darle contenidos precisos, metas concretas, como la energía, la infraestructura".
El asesor señaló que ya existe un Grupo de Río, una Cumbre Iberoamericana, el Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones, y cada una tiene sus respectivas reuniones.
En Uruguay
En Uruguay, en tanto, hay poco entusiasmo, mucha cautela, aunque en medio de una transición política, Uruguay concurrirá a la Cumbre de Cusco. La idea no ha recogido elogios ni expresiones de aliento en público.
Pese a eso, no se considera que Uruguay vaya a quedar fuera del proyecto. Sin embargo, no hay que pasar por alto que el gobierno de Jorge Batlle buscó por todas las vías posibles algún tipo de acuerdo comercial con EE.UU., sin preocuparse por si eso implicaba "perforar" acuerdos del Mercosur.
Lo novedoso es el estilo cauto del presidente electo, Tabaré Vázquez, respecto de la Unión Sudamericana. Dijo ante Duhalde que le parecía "muy interesante", pero que prefería contar con mayor información de lo que se firmará en Perú. Vázquez, que le da al Mercosur una prioridad que Batlle no le asignaba, respondió con frialdad, en tanto que el Partido Nacional se expresó públicamente contra el proyecto.
Informe de los corresponsales en Chile y en Uruguay
Ayacucho
# El general José María Córdoba quería arengar a su tropa. "A paso de vencedores", les dijo. Fue hace más de 180 años, durante la Batalla de Ayacucho. El 9 del mes próximo, en ese mismo lugar, muy cerca de Cusco, Perú, todos los presidentes de América del Sur suscribirán el preámbulo de la Unión Sudamericana, que será el acta fundacional del bloque regional. El lugar fue elegido porque se quiere dar el sentido de revancha.
http://www.lanacion.com.ar/653917
Lagos prefiere los proyectos concretos.
Los gobiernos de Chile y de Uruguay observan con recelo, escepticismo y cautela el proyecto de crear una Unión Sudamericana de Naciones.
El presidente chileno, Ricardo Lagos, considera que más que crear una nueva institucionalidad hay que establecer proyectos concretos de integración en la región.
"Chile lo ve como un proyecto interesante", dijo, diplomáticamente, a LA NACION un asesor presidencial. Pero luego precisó que "a eso hay que ponerle proyectos concretos que lo articulen, en el campo energético y también en la ejecución de los proyectos que ya están identificados en infraestructura, de carreteras, corredores bioceánicos y todo lo que falta por hacer en ese orden".
Apuntó que "todo lo que contribuya a la integración bienvenido sea, pero hay que darle contenidos precisos, metas concretas, como la energía, la infraestructura".
El asesor señaló que ya existe un Grupo de Río, una Cumbre Iberoamericana, el Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones, y cada una tiene sus respectivas reuniones.
En Uruguay
En Uruguay, en tanto, hay poco entusiasmo, mucha cautela, aunque en medio de una transición política, Uruguay concurrirá a la Cumbre de Cusco. La idea no ha recogido elogios ni expresiones de aliento en público.
Pese a eso, no se considera que Uruguay vaya a quedar fuera del proyecto. Sin embargo, no hay que pasar por alto que el gobierno de Jorge Batlle buscó por todas las vías posibles algún tipo de acuerdo comercial con EE.UU., sin preocuparse por si eso implicaba "perforar" acuerdos del Mercosur.
Lo novedoso es el estilo cauto del presidente electo, Tabaré Vázquez, respecto de la Unión Sudamericana. Dijo ante Duhalde que le parecía "muy interesante", pero que prefería contar con mayor información de lo que se firmará en Perú. Vázquez, que le da al Mercosur una prioridad que Batlle no le asignaba, respondió con frialdad, en tanto que el Partido Nacional se expresó públicamente contra el proyecto.
Informe de los corresponsales en Chile y en Uruguay
Ayacucho
# El general José María Córdoba quería arengar a su tropa. "A paso de vencedores", les dijo. Fue hace más de 180 años, durante la Batalla de Ayacucho. El 9 del mes próximo, en ese mismo lugar, muy cerca de Cusco, Perú, todos los presidentes de América del Sur suscribirán el preámbulo de la Unión Sudamericana, que será el acta fundacional del bloque regional. El lugar fue elegido porque se quiere dar el sentido de revancha.
http://www.lanacion.com.ar/653917
Para Lula, la Unión Sudamericana tiene sabor a revancha.
Es el proyecto trunco de su antecesor
# El ex presidente Fernando Henrique Cardoso había intentado en 1999 lograr algo parecido
# La integración, según el actual mandatario brasileño, lo afianzará como líder regional
SAN PABLO - ¿Estados Unidos de Sudamérica o Comunidad Sudamericana? El presidente Luiz Inacio Lula da Silva y el ex presidente Eduardo Duhalde suelen discutir en tono de broma cuál será el nombre ideal para el conglomerado de países que quedará atado por el proyecto de integración regional que expandirá el Mercosur a todo el subcontinente.
Lula tiene una relación especial con Duhalde no sólo debido a la complicidad conquistada en las centenas de horas de vuelo compartidas en el avión presidencial brasileño, durante las giras en las que el líder del Partido de los Trabajadores llevó al líder del justicialismo bonaerense para "prestigiar" al Mercosur.
El presidente de Brasil tiene siempre las puertas abiertas para Duhalde -tanto que le asignó una oficina propia en el Palacio de Itamaraty- porque sabe que, al final, será él quien se llevará casi todos los réditos de las gestiones del ex presidente argentino para agrupar a los países de la región.
Para Lula, el lanzamiento de la Unión Sudamericana tiene, además, un gusto de revancha política e intelectual. Durante años, Lula fue desmerecido frente a Fernando Henrique Cardoso debido a la obvia disparidad cultural de ambos (el primero no terminó la escuela, el segundo es un políglota profesor de La Sorbonne).
¿Cómo Lula podría ejercer la diplomacia presidencial, si no habla ni inglés?, era el comentario común de sus adversarios.
Cardoso, sin embargo, se quedó a mitad de camino en su intento de realizar la unión sudamericana que pretendía. En 1999 convocó a una reunión de presidentes de América del Sur en Brasilia, pero le fue imposible llegar a nada concreto.
Los acuerdos de libre comercio con la Comunidad Andina de Naciones estaban parados, Colombia demostraba que su aliado estratégico era Estados Unidos y Chile no mostraba mucho interés en asociarse a un bloque en eternas crisis.
Para dificultar más la situación, las crisis locales e internacionales impedían profundizar el esfuerzo.
Menos de dos años después de su victoria, Lula se prepara para anunciar con orgullo que él logró hacer lo que Cardoso no pudo durante sus ocho años de mandato.
Con mínimas concesiones a los vecinos sudamericanos y con bastante carisma personal, favorecido por una construcción mediática casi mítica de su figura en el exterior, Lula logró arrebañar a los países del continente en torno de la idea de una integración de libre comercio sudamericano.
Simbólico
En concreto, se alcanzó apenas lo simbólico. Si después de más de diez años de gestiones el Mercosur todavía continúa sin aprobar asuntos básicos como la libre residencia de sus habitantes, la integración macroeconómica es un sueño distante o las equivalencias de los títulos profesionales están lejos de ser permitidas, ni hace falta decir cuánto de concreto puede haber en una supuesta "integración" con un país como, por ejemplo, Ecuador.
Sin embargo, para Lula eso es lo de menos. Podrá ratificar frente al mundo su posición de "líder de la región", jefe de Estado del quinto país más grande y más poblado del mundo, que ahora, como dijo durante su discurso de asunción, el 1° de enero de 2002, decidió "ejercer el liderazgo que durante años se negó a ejercer".
Por Luis Esnal
Corresponsal en Brasil
http://www.lanacion.com.ar/653916
Es el proyecto trunco de su antecesor
# El ex presidente Fernando Henrique Cardoso había intentado en 1999 lograr algo parecido
# La integración, según el actual mandatario brasileño, lo afianzará como líder regional
SAN PABLO - ¿Estados Unidos de Sudamérica o Comunidad Sudamericana? El presidente Luiz Inacio Lula da Silva y el ex presidente Eduardo Duhalde suelen discutir en tono de broma cuál será el nombre ideal para el conglomerado de países que quedará atado por el proyecto de integración regional que expandirá el Mercosur a todo el subcontinente.
Lula tiene una relación especial con Duhalde no sólo debido a la complicidad conquistada en las centenas de horas de vuelo compartidas en el avión presidencial brasileño, durante las giras en las que el líder del Partido de los Trabajadores llevó al líder del justicialismo bonaerense para "prestigiar" al Mercosur.
El presidente de Brasil tiene siempre las puertas abiertas para Duhalde -tanto que le asignó una oficina propia en el Palacio de Itamaraty- porque sabe que, al final, será él quien se llevará casi todos los réditos de las gestiones del ex presidente argentino para agrupar a los países de la región.
Para Lula, el lanzamiento de la Unión Sudamericana tiene, además, un gusto de revancha política e intelectual. Durante años, Lula fue desmerecido frente a Fernando Henrique Cardoso debido a la obvia disparidad cultural de ambos (el primero no terminó la escuela, el segundo es un políglota profesor de La Sorbonne).
¿Cómo Lula podría ejercer la diplomacia presidencial, si no habla ni inglés?, era el comentario común de sus adversarios.
Cardoso, sin embargo, se quedó a mitad de camino en su intento de realizar la unión sudamericana que pretendía. En 1999 convocó a una reunión de presidentes de América del Sur en Brasilia, pero le fue imposible llegar a nada concreto.
Los acuerdos de libre comercio con la Comunidad Andina de Naciones estaban parados, Colombia demostraba que su aliado estratégico era Estados Unidos y Chile no mostraba mucho interés en asociarse a un bloque en eternas crisis.
Para dificultar más la situación, las crisis locales e internacionales impedían profundizar el esfuerzo.
Menos de dos años después de su victoria, Lula se prepara para anunciar con orgullo que él logró hacer lo que Cardoso no pudo durante sus ocho años de mandato.
Con mínimas concesiones a los vecinos sudamericanos y con bastante carisma personal, favorecido por una construcción mediática casi mítica de su figura en el exterior, Lula logró arrebañar a los países del continente en torno de la idea de una integración de libre comercio sudamericano.
Simbólico
En concreto, se alcanzó apenas lo simbólico. Si después de más de diez años de gestiones el Mercosur todavía continúa sin aprobar asuntos básicos como la libre residencia de sus habitantes, la integración macroeconómica es un sueño distante o las equivalencias de los títulos profesionales están lejos de ser permitidas, ni hace falta decir cuánto de concreto puede haber en una supuesta "integración" con un país como, por ejemplo, Ecuador.
Sin embargo, para Lula eso es lo de menos. Podrá ratificar frente al mundo su posición de "líder de la región", jefe de Estado del quinto país más grande y más poblado del mundo, que ahora, como dijo durante su discurso de asunción, el 1° de enero de 2002, decidió "ejercer el liderazgo que durante años se negó a ejercer".
Por Luis Esnal
Corresponsal en Brasil
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